martes, 21 de junio de 2011

La Inmigración Ilegal

No se puede decir que la inmigración ilegal sea un cáncer. Es más bien parecido al virus del ébola: Una vez que infecta al organismo anfitrión, empieza a disolver el tejido hasta desaparecerlo.

Un inmigrante ilegal, como su nombr elo indica, entra en un país sin papeles, evadiendo a la autoridad, y la evade por qué esa persona puede ser indeseable, ya sea porque tiene antecedentes penales, porque carece de los conocimientos técnicos y cientificos para integrarse a un trabajo formal, entre otras muchas razones.

El inmigrante ilegal, al desconocer el idioma, empieza a inventarse palabras "que le suenan igual", y así empieza a degrarse un elemento distintivo del país anfitrión: su idioma. Sus hijos, empiezan a combinar idiomas, creando un lenguaje criollo que solo sirve para identificarse entre ellos, creando una especie de ghetto lingüisitco. Para los paísanos de sus padres, son extranjeros, para los extranjeros, simplemente son apátridas.

El inmigrante ilegal, como entró al país en contravención con las leyes, no tiene compromiso cívico alguno, no adquiere obligaciones con el país anfitrión, por lo que no le importa ensuciar las calles, grafittear las paredes, escupir u orinar en las banquetas. Finalmente no es su país. No paga impuestos ni cuotas de seguridad social, pero eso sí, exije que los servicios públicos funcionen bien, manda a sus hijos a las escuelas estatales, o a los hospitales públicos, sin que le cueste un solo centavo.

El inmigrante ilegal no adquiere el compromiso de integrarse con la nueva cultura, e inclusive la repudia. Trata de adaptar su "identidad nacional" a la cultura local, creando una "subcultura", degradando la identidad cultural del país anfitrión. Inventa su música, su literatura (si se le puede llamar así) y su arte, que no viene a ser más que unas cuantas rayas ininteligibles en una pared o en un baño público.

El inimigrante ilegal tiene un gran resentimiento social, mira con envidia a los nacionales del país anfitrión: "¿por qué ellos viven mejor? ¿por qué ellos traen un mejor auto?" Y empiezan a apoderarse por la fuerza de los bienes del vecino. Roban o trafican mercancías sin control, como música pirata y hasta drogas, prosituyen o se prostituyen...

Y poco a poco, el nacional del organismo infectado, opta por migrar, por dejar la tierra que lo vio nacer, el lugar rica en historia, para dejar que un individuo que no contribuye en nada con aquel lugar, escriba la suya propia.

El inmigrante ilegal no le importa si el país que infecta tiene una gran historia que le preceda, ni sus próceres, ni sus luchadores sociales, ni nada. ÉL NO ES DE AHÍ NI TAMPOCO LE IMPORTA. No tiene respeto por sus simbolos nacionales ni sabe lo que significan y poco o nada le intersa saber quien hizo la Torre Eiffel, el Big Ben, o la Puerta de Alcalá.

El inmigrante ilegal abarata el empleo. Al conformarse con la tercera parte de lo que un nacional podría percibir, seduce al empresario, al empleador, al capataz. Empiezan a desplazar a las personas que llevan más tiempo trabajando en el campo, o en una fábrica o en un pequeño o mediano negocio. Se vuelven cómplices de la corrupción de aquél que los emplea ya que ambos no pagarán sus cuotas de seguridad social, o las contribuciones locales para el transporte o los servicios, que como ya dije, esperan que funcionen a la perfección.

Pero a la izquierda le interesa mucho mantenerla y fomentarla. Porque solo aquellos que llegan de forma ilegal puede darle votos. Es un cliente más a su cartera política. No importa que daño le puedan hacer a su país, la izquierda se auto inocula que ese ébola social. Aunque al rato escupa sangre, no le importa. Nunca le ha importado la identidad, historia, lengua y fronteras de su país, porque la izquierda se conforma de gente resentida, que espera que le den gratis sin dar nada a cambio. Por eso los socialistas y los inmigrantes ilegales se identifican tan alegremente: ambas desprecian a la gente productiva, que se supera, poniendo un negocio, o superándose laboral o profesionalmente. Ambas ven como "burgués" al universitario que se gradúa y obtiene un buen empleo.

Hay tres cosas que hacen grande a una nación: SU IDIOMA, SU CULTURA y SUS FRONTERAS. Justo las tres cosas que el inmigrante ilegal buscará disolver y desaparecer.