La democratización de la democracia.

Hoy por hoy la Democracia es una marca registrada propiedad de un oligopolio conformado por tres entes: PAN, PRI y PRD, y sus subsidiarias como el PANAL, el PVEM y el PT/CONVERGENCIA, respectivamente.

Si un ciudadano desea tener acceso a un puesto de elección popular es solamente a través de uno de los tres partidos políticos o algunas de sus sucursales, de lo contrario, la ley se lo impedirá, y aún cuando cuente con mucha popularidad y el respaldo de los demás conciudadanos, la ley tampoco se lo reconocerá.

Entonces nos debemos preguntar: ¿en qué momento dejamos que esto ocurriera? El IEDF pretende, como se intentó hace algunos años, conformar comités ciudadanos mediante los cuales, nosotros, pobres e ingenuos mortales, nos concederán cierto poder de decisión política. Sin embargo, tal y como ocurrió hace cerca de 18 años, éstas "elecciones ciudadanas" fueron permeadas por los partidos políticos, dejando fuera a los ciudadanos que querían participar como "Jefes Vecinales".

Sin embargo, y el propósito de este mensaje es que participemos en este ejercicio democrático y otorgarle el beneficio de la duda. Si los partidos políticos se han adueñado de la democracia, es porque nosotros mismos se los hemos permitido. Durante años estuvimos dormidos políticamente y se aprovecharon de ello, al grado que la apatía ciudadana la elevaron a rango de ley y actualmente un ciudadano independiente no puede postularse a un cargo de elección popular si es que no pertenece a alguno de estos exclusivísimos clubs sociales llamados partidos políticos, cuyo ingreso, dicho sea de paso, es más dificil que obtener una membresía en el Club de Industriales.

La democracia le debe pertenecer al ciudadano, y se los debemos de arrebatar a esta mafia oligopólica, los cuales la ideología es solo marketing para que creamos que son de derecha, centro o izquierda, porque entre ellos se cambian de colores, como cambiarse de calzones, con tal de seguir mamando del erario, curiosa ubre que solo tiene tres tetas, y que las sucursales se amamantan, como remoras, de las migajas que sus partidos madre (que es una partida de madre) les regalan.